Como era virgen papá y mamá se ofrecieron para darme un par de clases antes de que me acostase con un chico. La idea me pareció cojonuda, ya que si la cagaba la iba a cagar en familia y no con un desconocido. Mamá me enseñó mucho sobre el sexo lésbico y sobre todo, me enseñó a cabalgar y a mamar una buena polla, es decir, la de papi.